Tamar, madre de una generación santa…

Hermosa era Tamar....Valiente y decidida

… así era Ella… la vergüenza y el señalamiento no la desviaban de su gran anhelo… ser ma-

dre de hijos, madre de generaciones…. Conocía que Él es Fiel... Que Él cumple su pacto hasta por mil Generaciones…. Deuteronomio 7:9. En Él estaba la simiente de una Generación santa, sin mancha y sin arruga…!! Efesios 5:27.

Lo deseó vehemente… su corazón solo lo miraba a Él… las piedras en el camino no la detenían en su caminar firme, (muerte, viudez, desprecio, prejuicios y condenación…) tal cual Palmera nada la hacía doblarse y rendirse…. solo avanzaba y avanzaba... Solo su Amor la sostenía, la mirada firme en Aquel al cual se aferraba, Jesús…Con la seguridad que alcanzaría lo que deseaba su alma… a Él… Solo a Él…. Un semen santo, una generación bendecida…

¡¡La Salvación de las próximas generaciones!! Tamar creyó que Él cumpliría lo que había prometido…

Y fue la tarde y la mañana de un día y de otro día… pero no pasaba nada… parecía que Él la había olvidado… Su deseo por Él era más intenso… crecía y crecía… Ella tuvo una idea... mudó sus vestidos, el ayer quedaba atrás… El pasado ya no tenía poder sobre ella… los tropiezos en su andar ya no existían…. Vestiduras nuevas… Se ocultó, veló su mirada, pero con sus ojos bien abiertos… solo así, Él Amado de su Alma la reconocería… solo Él podía justificarla… injertarla en el tronco correcto… Ya era su tiempo…

Presurosa acudió al camino… al lugar donde estaba su porción, su herencia, lo que sabía le pertenecía… ¡¡La Salvación de las futuras generaciones.!! Y allí estaba Él, Venía con el caminar de quien busca algo más valioso que una piedra preciosa… Él miró y la vió, hermosa, tal cual su alma se la había imaginado…. Ella era el deseo de su corazón… corrió hacia Tamar…. su corazón ya era de ella!!

Ven Hermosa mía, Amada mía le dijo….. He dispuesto en este lugar para todas las generaciones un banquete de manjares, un banquete de vinos añejos, manjares sabrosos y sustanciosos; refinados vinos purificados. Isaías 25:6.

Amada mía la muerte no tiene más poder sobre ti… destruyo el velo que te envuelve, enjugo toda lágrima de tu rostro… y quito toda vergüenza de ti…. Porque YO Jehová lo digo.

…Y Ella ha dado a luz… la que languidecía tiene hijos… Porque en su Amor Él la levantó del polvo, la exaltó, la hizo sentar a ella y sus generaciones con reyes - príncipes… y heredar un sitio de honor.

Ese día se dirá: “Ahí está nuestro Dios. En él confiamos, y nos salvó. ¡Gritemos de alegría porque Dios nos ha salvado!” »Dios ha jurado que así será». Isaías 25:9

Graciela Pirona