…y se fue la mujer por su camino, comió y no estuvo mas triste!!

Ana…!!

El la amaba, ella era solo de él… ella era Ana!! su amor, su deleite,  su joya mas preciada,  ella lo llenaba todo.. en su amor el era feliz, no había otra, solo  ELLA… Ana estaba triste, no tenía hijos, se sentía humillada, burlas que llenaban su corazón de amargura. El amor de su Amado no la satisfacía.

Ella los sufría de una persona, casi familiar, Penina!! con quien compartía a su Amado Elcana. Año tras año, día a día y nada extraordinario pasaba en Ana, solo tristeza, enojo, y lágrimas.

Al  Adorar a su Amado, Ana le decía te has olvidado de mi… tal vez en su tristeza y dolor no articulaba palabra alguna, solo lágrimas y más lágrimas…

El amor de su Amado la envolvía, El le daba una parte escogida especialmente para ella, sólo lo mejor, porque la amaba, pero Ana no miraba, no sentía, no prestaba atención;  rechazaba su amor, se sumergía en la tristeza,  dolor y  aflicción, pensaba solo en ella y en su carencia, en lo que no tenía.

Su Amado le decía: Te amo Amada mía, esposa mía, soy solo tuyo, No soy suficiente para ti? te deseo… solo mis ojos están para ti!! quiero llenarte completamente de mi… que más necesitas?, un hijo, trabajo, salud, provisión y estabilidad? Pero ella en su tristeza y amargura, no alcanzaba a descubrir la hermosura de su amor… la invitación de ser solo de ÉL… el amor del Rey,  los regalos especiales que recibía de Él, él la cubría con lo mejor, no le faltaba nada.

En Ana, su alma era estéril,  el pensar solo en su dolor, y en lo que creía merecer o tener, no podía ver el amor;  la tristeza de su corazón le impedía  disfrutar lo que El Amado había  diseñado solo para ella.

Pero llegó el momento, su  dolor era tan pesado, no podía llevarlo, estaba a punto de hundirse, y buscó el único Camino que sabía le daría Paz y Alegría, Su Amado Rey, se quitó el dolor y lo lanzó a sus pies, No puedo decía, ya no más, te lo dejo a tus pies, estoy desesperada, se rindió ante Él, se humillo ante Él, le entregó su dolor, su vacío, sus deseos y su mas preciado anhelo su hijo… que aun no había nacido, ni siquiera había sido concebido.

El velo que no la dejaba ver a su Amado, se rompió, fue quitado de su alma, ya no era ciega, su espíritu tenía vida, ahora veía el amor de su Amado, los regalos de su Amado, la parte escogida y especial que Él tenía para ella, lo que era realmente importante era Él y solo Él, ya Penina no existía, solo era ÉL…

El corazón de Ana se regocija, hay alegría, paz. Es una nueva vida… Ella comenzó a caminar a través de ese diseño único y especial , era su verdadero camino, dejó a Penina atrás, la puerta del pasado había sido cerrada, ya no más tristeza, desánimo, dolor, ni humillación; ahora su alimento era Él… el confiar en Él…. creer en Él…. disfrutar a su Amado, amar a su Amado, hacer su voluntad, complacerlo, vivir solo para Él…

¡¡Su deseo le fue concedido!!, ya no mas esterilidad,  su alma está saciada,  su corazón lleno de amor y vida, impactó la vida de una nación y la del mundo.

Su Amor fue su legado!! Esa fue su huella!! Esa fue su herencia!!

Y Ana oró: “Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová… Por cuanto me alegré en tu Salvación.” 1 Samuel 1 y 2 La Biblia

Graciela Pirona.